Los empresarios que pertenecen a la Asociación de Carboneros de Norte de Santander (Asocarbonor) dejan huella en las comunidades, a través de proyectos que fomentan la productividad y buscan mejorar la calidad de vida de sus habitantes.
Es así, como parte de su aporte social y en el marco de la minería bien hecha, la empresa Incolmine del Grupo Coquecol incentiva el emprendimiento en los territorios del corregimiento san Faustino, en el municipio de Cúcuta, en los que ejerce su actividad. Uno de estos casos es el de Carolina León, quien vive en el sector El Virrey.

De la mano de la Fundación Grupo Coquecol y de Incolmine, minera que tiene su centro de trabajo en la zona, hoy Carolina es una microempresaria del sector de la moda y las confecciones. Con mucho esfuerzo, dedicación y constancia ha sacado adelante su emprendimiento Diseños Carolina.

Hace 14 años aprendió la costura, gracias a las enseñanzas de su abuela, y en 2018, por una invitación de Angélica García, coordinadora de Gestión Social del grupo minero, decidió sumarse a una capacitación en la Fundación de Estudios Superiores Comfanorte (FESC) y fabricaron unas pijamas, despertando en ella la idea de un negocio.

“Me dije: tengo que emprender, porque me gusta muchísimo la costura. Empecé comprándome una máquina familiar, un obsequio de mi esposo, y hacía arreglos de ropa. Mis amigas comenzaron a decirme que necesitaban que les fabricara prendas de vestir y por eso decidí seguir formándome”.

León se vinculó al programa técnico de diseño de moda femenina en Comfanorte, el cual terminó en diciembre pasado. Hace cinco meses compró otras dos máquinas, gracias a un préstamo que le hicieron a su pareja en la empresa Incolmine. Se movilizó hasta el centro de Cúcuta para abastecerse de hilos, telas y demás insumos y le dio más forma a su emprendimiento.

“Me piden sudaderas, chaquetas, blazers, blusas. Siempre me ha gustado ganarme mi propio dinero y a veces me toca trabajar hasta tarde, para el otro día levantarme temprano. Gracias a Dios, tengo un gran apoyo, que es mi familia, mis hijos ya están grandes, tienen 10 y 15 años, y mi padre, que vive cerca, me ha colaborado”, expresó la diseñadora.

Carolina tiene un doble trabajo, pues además de sacar adelante su emprendimiento, debe ocuparse de las labores del hogar, por eso muchas veces trabaja hasta las 11: 00 de la noche o hasta la madrugada.

La Fundación Grupo Coquecol se ha interesado por capacitar a los emprendedores en marketing digital, el manejo de las redes sociales y le has brindado herramientas para que mejoren sus ventas. “Cada día aprendo más, me gusta mi trabajo, me gusta ser pulida en todo lo que hago, porque a veces vas a una tienda y consigues las costuras sueltas, torcidas”, añadió.

La emprendedora ha participado en ferias organizadas por la Alcaldía de Cúcuta, para exponer sus diseños y contactar nuevos clientes. No descarta en un mediano o largo plazo montar un taller satélite, pues su propósito es crecer.

Unidad agrícola

Otros de los emprendimientos respaldados por Fundación Grupo Coquecol es la Granja Avícola Renamuros, con sede en la finca ‘La Laguna’ de la vereda Paso de los Ríos, en donde Johanna Flórez produce huevos semicriollos y 100% libre de químicos, además de unas deliciosas cocadas y masato.

“Esto surgió gracias a los cursos del SENA que nos trajo Coquecol a la vereda Paso de los Ríos del corregimiento San Faustino. Nos enseñaron manipulación de alimentos. Nos pusimos a ensayar con las cocadas y me di cuenta que me quedaban buenas. Luego implementé los huevos, con ayuda de los instructores que vinieron”, relató Flórez.

La emprendedora manifestó que, como parte de la formación, hicieron un curso de fabricación de abonos orgánicos, para implementar huertas de lechuga y tomate y con estas legumbres elaborar alimento para las gallinas ponedoras, reduciendo la compra de concentrado, el cual está muy costoso.

“Nos dieron un plan semilla. En mi caso fueron 30 gallinas, implementos, la construcción del galpón y lo de la alimentación. Así fui avanzando. Ahorita tuve 300 gallinas, pero se está ampliando el espacio, porque queremos llevarlo a 1.000 aves”, dijo.
La formación en redes sociales por parte de Coquecol y la participación en ferias de emprendedores le han permitido a esta humilde campesina ampliar su red de ventas, por eso sus huevos son comprados también en El Zulia. Resaltó que una vez estos animales cumplen su ciclo, son vendidas a los comerciantes que venden carne de ave.

Johanna resaltó que le enseñaron a usar el programa de diseño Canvas, para crear su logo de la marca, y también se valen del código QR. “Aprendimos a comunicarnos por Google Meet y Zoom, que eso, ay Dios mío, era muy difícil. Esto quiere decir que no importa la edad, que podemos hacer las cosas y seguir adelante”, enfatizó.

La microempresaria destacó que no ha sido difícil emprender. Sin embargo, esta iniciativa le ha permitido compartir más con sus hijas de 11 y 17 años y su esposo. “Nos queremos ver en los hogares de muchos colombianos, o sea que digan: uy, la marca Renamuros es un rico huevito”, concluyó Johanna al preguntársele cómo ve su negocio dentro de algunos años.